Cualquier parecido con algo o alguien de la realidad es, más que coincidencia, milagro.
Ay, quienes se creen líderes maravillosos e insustituibles, ay.
Con tan bravo capitán
como gobierna la nave
hasta el más pintado sabe
que los vientos triunfarán,
y a la postre sí lo harán,
pues quien fía su esperanza
donde no cabe bonanza
al final de la jornada
ve la nave destrozada
y rota su confianza.
Esta decimilla se la dedicamos a algunos bovazas que andan por ahí haciendo de las suyas, es decir tonterías:
La casa por el tejado
no demuestra entendimiento,
ni lanzar voces al viento
sin argumento probado;
pero quien vive engañado
por su propia obcecación
sueña con esta ilusión
de la infancia hasta la muerte
y hace desto virtud fuerte,
cuando no su profesión.
Oh, querido amigo, qué de recuerdos me trae este soneto:
Aquellos que te llaman madrileño
no saben do tu madre te pariera,
aunque parece cierto que en la acera
y que no puso en ello gran empeño.
Viniste al mundo así, triste, pequeño,
largo en malignidad, corto en mollera,
e hiciste de la infamia tu carrera
como con el amor, tu madre, el sueño.
Aupado en tu sillón, casi te sientes
más Juez que el propio Cristo soberano,
cargado de razón hasta los dientes;
y así pasas la vida, huero y vano,
trayendo en tus palabras a las mientes
el repugnante aroma del metano.
FRÍO EN EL INSTITUTO
Dad de una vez al botón
que encienda nuestra caldera,
que ni aguanto la dentera
ni soporto el tiritón.
Nos tenéis en glaciación
permanente y sostenida,
y puesta en riesgo la vida
y menguada la salud
no trabajar es virtud
y la única salida.
¡ A POR LA DÉCIMA!
Como aquí no hay un rescate
sino apoyo financiero
quiero meterme a banquero
para unirme al disparate.
Todos locos de remate
aplaudamos a rabiar
al gobierno popular
que nos ha metido un gol
mientras iba tras el sol
sobre el azul de la mar.!
MANIFESTACIÓN CONTRA LOS RECORTES EN CIUDAD REAL
Con cuatro manifestantes
caminando en procesión
quieren causar sensación
en las fuerzas gobernantes.
Haberlo pensado antes,
cuando fuimos a votar,
porque ahora, protestar
después que no se ha ganado,
es llorar sobre el ahorcado
al que llevamos a ahorcar.
TANTA PAZ LLEVES COMO DESCANSO DEJAS
LA SALIDA Y LA GLORIA
El treinta y uno de agosto.
Todo será el treinta y uno de agosto.
Los relojes se abrirán en abrazos
el treinta y uno de agosto.
La risa retozará por los labios
el treinta y uno de agosto.
El olivo acogerá brotes nuevos
el treinta y uno de agosto.
La sombra se encerrará en un museo
el treinta y uno de agosto.
Recordará la palabra su vuelo
el treinta y uno de agosto.
y los niños oirán las campanas
el treinta y uno de agosto.
El sol lavará las viejas paredes
el treinta y uno de agosto.
Alba y ocaso serán dos palomas
el treinta y uno de agosto.
Las puertas tendrán perfil perfumado
el treinta y uno de agosto.
Vendrán niños con recortes de prensa
el treinta y uno de agosto.
Por el pueblo la semilla y la vida
el treinta y uno de agosto.
El triste sueño que hundió las almohadas
el treinta y uno de agosto.
Las firmas, la cruz, la sangre dormida
el treinta y uno de agosto.
ceniza serán, recuerdos mojados.
el treinta y uno de agosto.
Por el aire remarán los recuerdos
el treinta y uno de agosto.
y el olvido será un río sin cauce
el treinta y uno de agosto.
La piedra demolerá sus estatuas
el treinta y uno de agosto.
Y las virinas tendrán reja dura
el treinta y uno de agosto.
¡ Ay, qué esperado momento de agosto
ay qué cadenas de tormento abolidas
qué soles pasearán por el mundo
ese día, treinta y uno de agosto!
Otra más:
Yo escribo doña Clara, pero cada cual puede poner lo que quiere; seguro que siempre conoceremos a alguno de estos tipos, hombres y mujeres, que miden para sí por la parte ancha del embudo y por la estrecha para los demás. A disfrutar.
A las clases que imparte doña Clara
asisten de continuo don Ocaso,
Nifú Nifá, don Ruy Señor, Nicaso,
Nisí Nino, Tal Vez y Doy Lavara.
A todos con sus notas les dispara,
y si topara con algún fracaso
de Zumosol al primo ajusta el paso
para que ofrezca el culo y aun la cara.
La que no gozó nunca imparte ahora;
todo le sobra cuanto falta a todos
y pasa disfrutando su docencia
clase que no conoce y tanto ignora,
con permiso oficial y hasta los codos
en lodazal sumida de indecencia.
Y ahora una de mitología local,
LOS DOS DIOSES
Dos dioses, en Ciudad Leal,
han montado el campamento
e imponen su mandamiento
por su bien y por mi mal.
Se llama Baco el primero,
dios de las uvas y el vino,
quien tras un largo camino
recorriendo el mundo entero,
no halló solar más propicio
ni ciudad más adecuada
que esta tierra requemada,
para llenarla de vicio.
Se mueve en todas las plazas
ajustando bien el paso
y entre un vaso y otro vaso
es el rey de las terrazas,
de los clubes, de los bares,
donde dispone y confunde,
muele, ríe, juega y tunde
con su perfume a lagares.
Lo persiguen las mujeres,
rindiendo su voluntad
y su alegre mocedad
a tan livianos placeres,
lo desean los varones,
que del inculto al letrado
se van al supermercado
para montar botellones,
donde todos en partida
haciendo corros y bulto
le rinden propicio culto
con abundante bebida.
Mas si poderoso es Baco,
y ha calado bien profundo,
no olvidemos al segundo,
que tiene por nombre Caco.
Lo muestra la autoridad
que ejerce sin miramientos
por todos los estamentos
de esta dichosa ciudad.
Hurta, roba, quita y miente,
y con tal desenvoltura
que no se hallará factura
en la que no esté presente.
Quien quisiera darle caza
para meterlo en el trullo
topará un adepto suyo
que se pondrá de carnaza,
y al final de la contienda,
escarmentado y burlado,
quedará Caco librado
y la falta sin enmienda.
No hay juez que se le resista,
ni hierro que no se rompa
voluntad que no corrompa
ni ladrón al que no asista,
y en el mundo, en conclusión,
de esta ciudad tan pequeña,
no habrá quien pueda dar seña
de uno que no sea ladrón.
Sin embargo, haya alegría
y olvidemos las querellas
con unas cuantas botellas
de cervecita bien fría,
que cuando las corrupciones
asfixien al ciudadano
ganaremos por la mano
montando unas elecciones
entre los dos inmortales,
pues como la vida es sueño,
nos importa poco el dueño
cuando los dos son iguales.